Devocional 21-01-16
“Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen la piedra que los edificadores desecharon, ha venido a ser la cabeza del ángulo”. 1 Pedro 2:7
Eurípides dijo: “Juzgue al árbol por sus frutos no por sus obras”; el Talmud judío afirma: “Examine el contenido, no la botella” y popularmente hay un dicho que reza: “Tú no puedes juzgar un libro por su cubierta”.
Aquí encontrarás tres formas de decir una misma idea:
- La única cosa peor a hacer un juicio superficial es ser la víctima de uno de ellos.
- ¿Qué haces cuando eres objeto de una evaluación superficial por parte de tus amigos, superiores o compañeros de trabajo?, ¿hacia dónde puedes dirigirte cuando tus acciones o motivos son malentendidos?
- Vuélvete aquel que experimentó por sí mismo el hecho de ser malentendido.
Cristo supo lo que significa ser rechazado injustamente, condenado sin misericordia, así que Él sabe por la situación que estás atravesando en este momento. Por eso es que puedes venir ante Él con confianza para experimentar su ayuda en estos tiempos de malos entendidos. A través de esta situación podrás entender que los malos entendidos del hombre no pueden desbaratar los buenos propósitos de Dios.
Haz este ejercicio:
Pon tu nombre en los versículos, donde Dios te pastoree, del Salmo 118 como testimonio silencioso de confianza en la habilidad de Dios para hacer lo mismo en tu vida hoy, sabiendo que la clave de todo milagro para tu vida es el Espíritu Santo.