Devocional 10-01-16
La producción de caucho se inicia seis años después de sembrado, produce 180 kilos por hectárea y va creciendo paulatinamente hasta el año 12 cuando se estabiliza en 1.500 kilogramos por hectárea hasta el año 30 aproximadamente. El período más difícil se presenta en el año 8 cuando se inicia la amortización de capital y dura un año más, durante el cual los ingresos por venta de lámina y ripio (productos del caucho) son inferiores a los egresos totales. A partir del décimo año nuevamente se hace positivo el saldo y desde el decimosegundo año en adelante la producción se estabiliza en 1.500 kilogramos por hectárea. ¡Seis años sin ver nada de resultados! (Fuente: Archivo Digital EL TIEMPO – www.eltiempo.com | Agosto 27 de 1996)
“Entraron en la barca por parejas —macho y hembra— tal como Dios había ordenado a Noé. Después de siete días, las aguas del diluvio descendieron y cubrieron la tierra”. Génesis 7:9-10
Dios le dio la orden a Noé para subir al arca y siete días después inició la lluvia; siete días encerrados y nada pasaba; siete días esperando, siete días confiando. ¿qué hubiera pasado si Noé se desespera y se baja del arca? Si hubiese dicho: “me cansé de esperar”, “no era el tiempo”, “tomé una mala decisión”. Todo el plan se hubiera dañado. Amigo, hoy espera, ¡tu milagro está cerca! Espera: ¡Dios no falla ni te dejará en vergüenza!
Declara: “Señor dame fuerza para esperar permaneciendo en ti; mi milagro está cerca ¡no me dejarás en vergüenza! Amén”.
La clave de todo milagro es el Espíritu Santo.