Devocional 04-05-17
Admiro muchísimo a un joven quien no se mide al momento de apoyar a los necesitados; cuando ve una persona pobre no le da la moneda más pequeña, sino, aquella que pueda servirle para su alimento. Hace poco, mientras caminábamos me dijo: “siempre que veas a un anciano/a vendiendo, cómprale todo lo que puedas, lo más seguro es que sea el único sustento que tenga.”
“El que se apiada del pobre presta al SEÑOR, y Él lo recompensará por su buena obra.” Proverbios 19:17
Este joven no es millonario, pero siempre tiene lo que necesita y aún en el momento en el que se le acabaron todos sus recursos le llegaron bendiciones de un lado u otro, y estoy segura que Dios lo recompensa por su buena obra y le devuelve lo que le prestó cuando se apiadó del pobre, “porque a Dios presta el que da al pobre”.
“Si hay un menesteroso contigo, uno de tus hermanos, en cualquiera de tus ciudades en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano a tu hermano pobre, sino que le abrirás libremente tu mano, y con generosidad le prestarás lo que le haga falta para cubrir sus necesidades.” Deuteronomio 15:7-8
Muchas veces endurecemos el corazón y preferimos ignorar a las personas que se encuentran necesitadas pero el Señor te pide que donde estés no cierres tu mano para apoyar, sino que seas generoso y des a la persona lo que le haga falta para suplir sus necesidades.
“El que oprime al pobre afrenta a su Hacedor, pero el que se apiada del necesitado le honra.” Proverbios 14:31
Si alguna vez has abusado y maltratado a una persona en necesidad, has ofendido a Dios, por lo que es preciso que pidas perdón y no cargues con el castigo.
Por otro lado, ¿Quieres honrar a Dios? Entonces apiádate de las personas necesitadas. Te animo a mirar a tu alrededor y encontrar la necesidad, puede estar en tus vecinos, quizá un compañero de trabajo o de estudios, donde sea que esté recuerda que de este modo honras a Dios y también le haces un favor, un día Él te dará tu recompensa.
Este artículo fue producido por Radio Cristiana CVCLAVOZ.
Lo hicimos con mi esposo, mi familia se encontraba en malos momentos y no tenian para comer, les hicimos un mercado, los fines de semana departiamos en familia de igual forma para que no les hiciera falta los alimentos, con el fin de que nosotros estabamos haciendo la casa, le pagamos a mi hermano para que nos ayudara, se les ayudaba a pagar tambien el recibo del agua, pero vinieron los chismes, mi hermano nos robo la plata y en este momento ni siquiera nos hablan salimos siendo los malos del paseo y me quede sin familia y sin casa. Y ahora no tenemos sino deudas y sin para comer
Hola Sara. Lamentamos la mala experiencia con tu propia familia. En la última serie de nuestros Talleres de Fe aprendimos «Cómo ayudarse y ayudar con eficacia» porque muchas veces sucede que queremos ayudar de una manera, cuando de verdad la mejor ayuda que podemos dar es otra. Así mismo Dios es con nosotros, Él antes que darnos lo que pedimos, nos da lo que necesitamos… porque muchas veces lo que pedimos y lo que necesitamos no son lo mismo. Por esto es tan importante aprender desde la palabra de Dios cómo ser bendición para otros. En Hechos 3:6 Pedro dijo: «No tengo plata ni oro, mas lo que tengo, te doy». Si ya te congregas en Fe en Acción o si deseas congregarte y quieres nuestra ayuda, contáctanos escribiéndonos al correo comunicaciones@feenaccioncce.com