1, 2, 3 por Jesús
En una noche oscura y silenciosa, una luz entraba por el filo de mi ventana, una luz delgada y fina (más…)
En una noche oscura y silenciosa, una luz entraba por el filo de mi ventana, una luz delgada y fina (más…)
Cada uno de nosotros en algún momento de nuestra vida podemos llegar a encontrarnos en un momento de crisis. Nadie es la excepción. Un momento de crisis saca de ti lo que tú mismo ni siquiera sabes que tienes dentro y es este el punto de partida que define si ves en tu crisis una oportunidad o un problema más sin solución.
Es el momento perfecto para decirlo. Ya he escuchado a muchos decir esa frase: “servir a Dios no es para mí”, y estoy completamente de acuerdo. Algunos amigos, familiares, compañeros de la universidad e incluso desconocidos de las redes sociales también lo piensan y lo dicen… ahora creo entenderlos; de hecho, los apoyo.
Piense en algo e imagine lo siguiente: Está lloviendo, es una noche fría y tormentosa, es donde los “expertos” dicen que el tiempo va de mal en peor. Es un tiempo donde los médicos te dicen que no hay nada que hacer, es cuando los abogados te dicen que tus asuntos legales no podrían estar peor…
Hoy más que nunca vivimos en una cultura de cosas reemplazables. Piensa en un momento en las cosas que hoy se pueden remplazar. Cuchillas de afeitar, botellas, linternas, platos desechables, utensilios para la comida.
Esta cultura se ve reflejada de muchas maneras hoy en día.
Si alguien te pregunta si el amor que tienes por tu cónyuge, por tus hijos, por tu familia, amigos, etc, es amor verdadero, la primera respuesta que vendrá a tu mente será un “obvio” o un “por supuesto, ¿qué pregunta es esa?»,»lógico que sí”. Pero si también contestas positivamente a las siguientes preguntas puede que tu amor por ellos no sea tan verdadero…