¿Cristianismo “zombie”?

En la religión vudú, recibe el nombre de “zombie” el individuo que es sometido a un ritual satánico, que lo hace perder su identidad y su carácter, para convertirlo en un robot al servicio de ese culto africano. Durante la presidencia de François Duvalier en Haití tuvieron resonancia varios casos de personas al servicio del tirano, practicantes de brujería, y sin duda, posesos.

En la postmodernidad el concepto de “zombie” o “muertos vivientes” se ha permeado en los libros, comics, la televisión y el cine; series como The Walking Dead o películas como La noche de los muertos vivientes han creado una cultura bastante popular. Pero ¿puede existir una conducta “zombie” en personas que se dicen llamar cristianas? La respuesta es sí y es una “tendencia” que está más cerca de su vida de lo que usted cree.

Fuente: AMC

Fuente: The Walking Dead – AMC

Actualmente la palabra “zombie” o “muerto viviente”, es entendida bajo el concepto ficticio que hace alusión a un ser humano o animal contagiado por algún virus o enfermedad extraña (en la mayoría de ocasiones), que degenera por completo la piel del contagiado, lo lleva a comportarse de forma agresiva y compulsiva frente a un ser sano, camina lento y generalmente, en grupos para buscar alimento que compone únicamente de carne fresca.

Sin embargo, y saliéndonos un poco de la ficción, en el cristianismo también existen personajes que su vida espiritual, comportamiento y relaciones, se parecen más a las de un “zombie” que a las de un cristiano comprometido. Miremos por qué:

Andan a la deriva y cualquier cosa los desvía

Estos seres ficticios tienen una particularidad presente en casi todas sus representaciones, andan arrastrando los pies o muy lentos y cualquier cosa, evento y sonido los desvía de su camino. En la vida cristiana, muchos de los creyentes son iguales a estos “muertos vivientes”. Creen pero muchas veces no saben ni para donde van y cuando van por el camino cualquier evento en su vida los lleva a desviarse de este debido a la falta de profundidad de su relación con Dios.

Esto es señalado en la Biblia a través de la parábola del sembrador cuando Jesús explica en Mateo 13:20-21:

El que recibió la semilla que cayó en terreno pedregoso es el que oye la palabra e inmediatamente la recibe con alegría; pero como no tiene raíz, dura poco tiempo. Cuando surgen problemas o persecución a causa de la palabra, en seguida se aparta de ella.

Solo se alimentan de otros

En el mundo “zombie”, el único alimento que estos ingieren es la carne de personajes sanos o no contaminados. De igual forma pasa en la vida cristiana para algunos “creyentes”, ya que solo se alimentan de las experiencias espirituales y de la relación con Dios de sus líderes y pastores, ya que ellos no la tienen.

Sea por pereza, por no comprometerse tanto o por el hábito que genera la cotidianidad, este tipo de personajes abunda en las iglesias ya que asisten a las reuniones dominicales o actividades especiales de la iglesia para recibir el mensaje pero ellos mismo no lo buscan. En algunos casos, estas personas son las que suelen solicitar en muchas ocasiones enseñanza o sesiones de consejería sobre un tema en particular, debido a que su relación con Dios es nula y por lo general se ven afectados por el mismo problema.

Suelen llamar la atención

De la misma forma como lo hacen los “zombies” que emiten sonidos extraños, persiguen gente, están sucios o con la ropa destrozada y están concentrados en las grandes ciudades, algunos creyentes suelen caer en esta costumbre para llamar la atención dentro de sus iglesias o grupos cristianos.

Suelen caracterizarse porque el objetivo es hacerse notar todo el tiempo, algo que lastimosamente es muy común entre algunos líderes y creyentes cristianos, suelen buscar posiciones de autoridad, control sobre personas o situaciones e incluso su modo de vestir puede llegar a cambiar bruscamente con el fin de que tengan los ojos encima de ellos. Sin embargo, este comportamiento suele desgastar a la persona y a quienes la rodean porque el costo de la humildad puede llegar a ser muy alto para pagar, como diría el dicho “la humildad se acaba cuando tienes que presumirla”.

En grupo todo se destruye más fácil

Las películas o series de corte “zombie” suelen mostrar que los muertos vivientes están casi siempre en grupo, así al momento de atacar suelen tener más éxito. Lastimosamente en la iglesia suelen existir este tipo de grupitos que hacen mucho daño a los creyentes más nuevos, es común escuchar en las consejerías el daño tan grande que genera ser despreciado en algunos grupos por distintas razones y entre ellas suelen sobresaltar las condiciones sociales o el hecho de ser diferente.

No en vano la Biblia expresa en Job 33:6 Ante Dios, tú y yo somos iguales; también yo fui tomado de la tierra, lo cual es reafirmado por el apóstol Pablo en Romanos 2:11 Porque con Dios no hay favoritismos. Igualmente cabe recordar que en la Palabra de Dios dan a conocer como el grupo de los fariseos y saduceos, que estudiaban las escrituras y permanecían todo el tiempo en el templo, hicieron tanto daño a la cristiandad con sus mentiras, patrañas, conspiraciones y discriminación.

Es contagioso al menor contacto

Como habíamos explicado antes, los “zombies” son productos de alguna infección, virus o bacteria (la mayoría de veces), como tal son portadores y propagadores. Cualquier fluido orgánico puede infectar a un huésped sano.

En las iglesias, este tipo de personajes “zombie” tienen esa misma capacidad. Ellos pueden contagiar rápidamente a otros con su mal a través de comentarios, esparciendo rumores, malas actitudes, enseñanzas que se puedan salir de la sana doctrina y demás artimañas que puede llevar a otros creyentes a volverse un cristiano de domingo o a apartarse del camino.

Su interior y exterior están en proceso de descomposición

Uno de los aspectos más característicos de los “zombies” es que su organismo está en proceso de descomposición y eso se nota en la apariencia exterior del portador. El daño del virus o bacteria que infectó al personaje poco a poco va destruyendo los órganos internos y la piel del portador, que se va desmoronando poco a poco.

El “cristiano zombie” le pasa lo mismo debido a que su nula relación con Dios, el éxito de otros cristianos comprometidos y la apariencia que debe mantener en la iglesia, llevan a que en su interior empiecen a crecer raíces de amargura y envidia. Estas poco a poco van destruyendo el corazón y generando un “mal ambiente” con los demás.

Hay dos caminos: la cura o seguir en modo zombie

cartel-peligro-zombieEn las películas y series de los “no muertos”, los protagonistas están en la búsqueda de una cura o de un lugar seguro para empezar a crear una para que libre al mundo del virus “zombie”. En el camino a conseguirla muchos terminan convertidos y otros, se han mantenido sanos luchando con todas sus fuerzas y previendo al máximo algún contagio.

Es así como en el mundo cristiano también hay dos opciones: acceder a la cura o permanecer “zombie”. Si la decisión es la última, debe tener en cuenta que tendrá una vida sin fruto, poco productiva, alejada de la vida que Dios quiere para usted y lo que es más preocupante inestable puesto que la misma Biblia lo advierte en Apocalipsis 3:15-16 Conozco tus obras; sé que no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras lo uno o lo otro! Por tanto, como no eres ni frío ni caliente, sino tibio, estoy por vomitarte de mi boca.

La otra opción es la cura y la gran ventaja es que hay varias. El cristianismo “zombie” se puede superar partiendo de una real conversión y llevando una nutrida un relación con Dios a través de la aplicación de lo que dicen las Sagradas Escrituras y demostrando el amor por el prójimo. Si es la cotidianidad la causante de que esté en esta tendencia, lo mejor que usted puede hacer, es salir de ella.

Usted puede ser o continuar como un muerto en vida si no toma cartas sobre el asunto. Más allá del comparativo con los zombies, la vida cristiana es más que de ir a la iglesia los domingos, escuchar alabanza todo el día, estar inmerso en la lectura bíblica y creer que con religiosidad se puede chantajear a Dios.

A través del amor al prójimo, del cumplimiento de los preceptos escritos en las Sagradas Escrituras, de la pasión por sus creencias y el temor a Dios, Jesús se convirtió en el mejor ejemplo para nosotros. Él logró la salvación de la humanidad, muriendo y resucitando a los tres días, venciendo a la muerte, tal como lo sostiene Juan 3:16-17 Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él.

Jesús se convirtió en la cura para un mundo muerto y condenado, logrando traer una nueva esperanza para la humanidad como se asevera en Isaías 53:4-5

Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado. Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Finalmente la decisión de permanecer como un muerto vivo es suya, la cura y esperanza una vida mejor está en sus manos. Recuerde que así como en las películas de temática “zombie”, siempre va existir gente luchando para que este mal termine y más cuando en las iglesias es donde más infectados hay por esta tendencia.

Es necesario estar atentos ya que nunca se sabe cuándo terminará la película, tal como lo advierte Jesús en Marcos 13:33

¡Estén alerta! ¡Vigilen! Porque ustedes no saben cuándo llegará ese momento.

Revista Hechos y Crónicas | Martes, 16 de febrero 2016 

 

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